Son casi las 20 horas y comienzan aparecer esos improvisados fogones a leña, con grandes sartenes con aceite, mientras las papas salen del remoje, para que se vayan secando y así puedan freírse hasta quedar crujientes.
Mientras tanto, en pequeños pocillos se colocan la mostaza, la mayonesa, el kétchup y el ají en pebre. Todo se prepara para que cada persona pueda consumirlo a su gusto.
Papas fritas a la leña en la comuna de La Pintana
Estos improvisados locales de barrio pueden ser encontrados en calles de La Pintana, como General Arriagada o Aníbal Huneeus, donde este sacrificado oficio es un aporte importante para el presupuesto familiar.
Todos los conocedores de lo más básico del arte culinario saben que todo lo hecho a la leña entrega un mejor sabor y las papitas asi lo confirman.
Un consejo es dejar siempre encargadas las porciones para evitar una larga espera, porque las papas son muy solicitadas, sobre todo los fines de semana cuando se comparte con la familia, se ve una película con alguien especial o antes de comenzar el carrete de fin de semana.
Papas fritas a la leña
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