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jueves, 14 de junio de 2012

Unknown

EL REGRESOS DE LOS FACHOS

Si alguien piensa que el acto del Caupolicán fue un hecho aislado producto de la mente enferma de un pequeño grupo de viejos y viejas fascistas, se equivoca rotundamente. Porque es sólo una de las varias señales perceptibles de la reacción de las fuerzas más reaccionarias – de dentro y fuera de Chile – ante la posibilidad real de que en nuestro país se abra paso una nueva mayoría que pueda alcanzar posiciones de poder político en favor de los cambios necesarios.Revisemos lo reciente y notorio : Desde luego la inauguración nada menos que por el propio ministro de Defensa de los EEUU de un nuevo enclave militar yanqui en América Latina, esta vez en Chile, fuerte Aguayo, Concon, a poco más de 100 kmts. de Santiago que mereció la entusiasta aprobación del gobierno de Piñera y del alto mando del ejército.

De soberanía ni hablemos. Lo justifican como “algo necesario frente a las nuevas amenazas de esta época”…..¿las movilizaciones del 2011, por ejemplo?
El ministro Hinzpeter, abogado chileno con servicio militar en Israel, ha aplicado la fatídica ley de Seguridad del Estado al pueblo mapuche, a los trabajadores y a los estudiantes. Los gobiernos anteriores hicieron otro tanto.
Sin embargo el ministro no aplicó esta ley, que es una ley regresiva, represora y anticomunista, pero que es ley vigente, a los organizadores del acto de homenaje al criminal Augusto Pinochet.
Ese texto legal condena como delito grave a los que propaguen o fomenten de palabra o por escrito o por cualquier otro medio doctrinas que tiendan a destruir o alterar “por la violencia el orden social o la forma republicana y democrática de gobierno”.
¿No se habrá acordado este caballero del golpe del 73? Y condena además a los que hagan la apología de doctrinas, sistemas o métodos que propugnen el crimen y la violencia como medios. ¿Hay algo más criminal que la dictadura militar que implantó en Chile el terrorismo de Estado?
Así pues justificar el acto fascista con el pretexto de “la libertad de expresión” es otra canallada. Las garantías y derechos constitucionales tienen límites y uno de ellos son las conductas tipificadas como delitos.
Es más : el frustrado caupolicanazo fue dirigido desde el penal de Punta Peuco por otro criminal, Alvaro Corbalán. Su representante, el milico jubilado Juan González, es un cobarde que no fue capaz siquiera de defender a su propia hermana de las torturas que en su tiempo le propinaron sus camaradas de armas.
La Moneda apoya o tolera todo esto. El mismo Corbalán ha anunciado que hace esfuerzos por reponer su organización política partidista. Piñera callado el loro. Su vocero, el señor Chadwick dice, ahora, a casi 40 años de distancia, arrepentirse de haber apoyado la dictadura. Cobarde y atrasada confesión.
Los desaparecidos ya están desaparecidos, los ejecutados también. ¿No pudo reaccionar a tiempo?¿Qué hace hoy por verdad, justicia y reparación? ¿Nos acompañará en la lucha por juzgar a los responsables civiles de los crímenes de lesa humanidad?
Cerca de un millar de pacos en la calle, de a pié, a caballo, en motos, en tanquetas, en carros lanza aguas y lanza bombas fue el apoyo del gobierno al acto del Caupolicán. Los presos fueron quienes denunciaron la ilegitimidad del acto del domingo. Que a nadie le quepa dudas.
En la ofensiva de la ultraderecha están todos metidos. Como me dijo uno de los compañeros que estuvo en la funa “ojo, que no se trata sólo de ese puñado de fachos de mierda del domingo”.

Escrito por Eduardo Peralta
Juventudes Comunistas La Florida
 
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jueves, 24 de mayo de 2012

Unknown

LA IRRUPCIÓN DE UNA NUEVA GENERACIÓN

La multitudinaria marcha de los estudiantes demostró que siguen siendo conscientes de la importancia de su movilización. El fin de la participación de la banca en el Crédito con Aval del Estado fue desplegado estratégicamente días antes de la marcha para neutralizar su masividad. Sin embargo, los estudiantes leyeron bien el mensaje, celebraron el retiro de la banca —una de sus demandas—, pero insistieron en las reformas estructurales en la educación y llamaron a continuar movilizados.
Los estudiantes quieren cambiar la esencia del modelo neoliberal en educación, pero de paso ellos también están modificando las prácticas sociales en la democracia chilena. Hoy, la movilización, la crítica, la elaboración de propuestas y la disputa del sistema político se observan en cada uno de sus discursos y acciones.
Tienen vocación de poder y de mayoría.
En la principal federación estudiantil del país, manejaron una transición de liderazgos sin grandes costos y con una inteligencia política que ya se quisieran los grandes monopolios del poder en Chile.
Si ya el año pasado hablábamos de una “generación sin miedo”, ahora es posible advertir las dimensiones del cambio generacional que Chile está viviendo. Karl Mannheim, el padre de la sociología de las generaciones, estableció que las experiencias traumáticas juegan un papel clave en la producción de una conciencia generacional.
Para los estudiantes que marcharon el 2006, el 2011 y que siguen en la calle este año, la educación neoliberal ha sido este episodio traumático. Una burbuja de sobre expectativas explotó frente a una realidad de segregación, desigualdades y abusos.
El trauma de la deuda interminable, de la cesantía ilustrada y de la estafa de la movilidad social ha fraguado la movilización de los estudiantes, quienes hábilmente se sacudieron de la democracia a medias que la Concertación propició.
Los estudiantes han utilizado acertadamente sus posibilidades. June Edmunds y Bryan Turner entregan una valiosa explicación para entender el cambio de una generación pasiva a una activa.
Para ellos, esta modificación se produce cuando una generación explota sus recursos educacionales, políticos y económicos para innovar en las esferas sociales, culturales e intelectuales. Concluyen que una nueva generación se origina cuando se combinan estos recursos e innovaciones con oportunidades políticas y liderazgos estratégicos.
Si observamos el movimiento estudiantil desde esta perspectiva, Chile está experimentando el nacimiento de una nueva generación.
Por lo mismo, la elite y el sistema político han sido incapaces de manejar al movimiento.
Todas las estrategias (menosprecio, estigmatización, represión, entre otras) han fracasado. Y ahora los estudiantes tienen una nueva oportunidad. Era impensado que un gobierno de derecha se atreviera a sacar a los bancos del sistema.
Este es un hecho fundamental, ya que permite que las demandas de los estudiantes tengan materialidad y no se queden solo en el testimonio del reclamo por la justicia social. El traspaso del CAE a una entidad pública es también una derrota para dos emblemas de la Concertación: Ricardo Lagos y Sergio Bitar.
Ellos idearon el sistema, lo defendieron incluso en medio de las movilizaciones del año pasado, pero hoy quedaron absolutamente golpeados por el anuncio del Gobierno.
La reforma al CAE no es concluyente para el movimiento ni agota su fuerza, pero es uno de sus triunfos. Si saben manejarlo, pueden aumentar incluso la convicción de los participantes menos comprometidos.
La deuda puede ser la misma, pero que el acreedor sea el Estado y no una institución financiera cambia el rol del estudiante, pues ya no se le concibe solo como consumidor de un bien, sino que ahora puede adquirir dimensiones de ciudadano al demandar un derecho.
Probablemente, ésta no es la interpretación desde La Moneda, pero es el sentido que los estudiantes pueden entregarle para reforzar la necesidad de los cambios estructurales. Con ello, seguirán moviendo el cerco.
Ya lo hicieron al participar masivamente y repolitizar el espacio público. Ya desplazaron a una generación pasiva y sumisa por una comprometida y activa. Hoy se imponen como una nueva generación para Chile.

Escrito por Edo Peralta
Juventudes Comunistas La Florida
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viernes, 13 de abril de 2012

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Equidad Territorial: Una Tarea Pendiente

En los últimos 30 años nuestras ciudades han crecido bajo un patrón guiado casi exclusivamente por el mercado. El uso del suelo, como rezaba la Política Nacional de Desarrollo Urbano de 1979, ha sido definido exclusivamente por la rentabilidad de la tierra y los territorios se han segmentado de manera radical, generado barrios para ricos, barrios para la clase media y barrios para pobres.
Consecuentemente, cada barrio ha sido diseñado y construido con estándares de espacios públicos que están íntimamente ligados a los distintos niveles socioeconómicos, generando barrios con amplias calles y avenidas arboladas; con sus veredas iluminadas y en perfecto estado; rodeados de áreas verdes y plazas activas para el esparcimiento y la recreación de todos sus habitantes.
En el otro extremo están los barrios con pequeñas calles en donde ni siquiera se pueden estacionar los vehículos porque si lo hacen impiden la circulación; con un deterioro creciente y sin mantención alguna; sin veredas ni iluminación; rodeadas de sitios residuales, algunas veces disfrazados de áreas verdes y otras, consolidadas como tierrales que en verano generan polvo y en invierno se convierten en barro, esperando eternamente la consolidación de áreas verdes que cuando se materializan, muchas veces no gozan siquiera de los atributos mínimos para ser consideradas como tales.
Para completar el cuadro, cada barrio se ha terminado de consolidar atrayendo la oferta de bienes, productos y servicios que el poder adquisitivo de quienes viven en ellos puede pagar, obteniendo como resultado barrios en donde hay de todo y al alcance de la mano, mientras en el otro extremo, en donde viven los pobres, no hay casi nada y para acceder a aquello que los habitantes requieren deben concurrir a pequeños almacenes de barrio, normalmente más caros, o ir en busca de ello mediante largos y tediosos desplazamientos.
Lo anterior se ha visto agravado por el repliegue planificado del Estado en lo que a proveer los servicios básicos asociados a derechos universales se refiere, como son la salud, la educación, el transporte, el esparcimiento y la cultura, lo que ha significado un incremento sostenido de los viajes que los habitantes de las comunas periféricas deben realizar diariamente para satisfacer sus necesidades básicas y aquello que siendo un derecho universal, en nuestro país se considera un bien de mercado.
Esto ha llevado a que más del 30% de los viajes diarios, se realicen para ir en búsqueda de servicios públicos como salud y educación, servicios que en cualquier ciudad justa debieran estar al alcance de una caminata de no más de 10 a 15 minutos.
En este contexto ha surgido una ciudad dicotómica en donde coexisten sin toparse, el derroche y la escasez; el ocio y la supe explotación; la salud y la enfermedad; las plazas activas, llenas de juegos y vida, por un lado y las áreas cafés y las calles consolidadas como el lugar de esparcimiento de los más pobres, por el otro; el acceso rápido y expedito a todo lo necesario, por un lado y el aislamiento y el abandono, por el otro.
Todo lo anterior ha consolidado la percepción sobre la existencia de una de sociedad profundamente desigual, que se ve fielmente reflejada en una ciudad fragmentada donde unos pocos tienen todo lo necesario y mucho más y la gran mayoría vive en la incertidumbre, con una mala calidad de vida y rodeados de problemas sociales como el desempleo, el alcoholismo, la drogadicción, el micro tráfico, la violencia intrafamiliar y la desesperanza aprendida, que es el inicio de un ciclo en donde la cuna termina definiendo el curso de la vida y muchas veces también, el tipo y la oportunidad de la sepultura.
Ahora bien, si el Estado, a través de las políticas públicas, no es capaz de hacer frente y superar los problemas antes mencionados avanzando de manera decidida hacia la equidad territorial, continuaremos alimentando el desprestigio y la falta de credibilidad de nuestras instituciones y se corre el riesgo de que la violencia se potencie como forma de resolver determinados conflictos y carencias, corriendo el riesgo de orientar el desarrollo de nuestras ciudades por el camino de un sumidero comportamental(1).
Resulta evidente entonces que de no cambiar radicalmente la forma de entender y de abordar la falta de equidad, seguiremos obteniendo resultados idénticos a los obtenidos en estos últimos 30 años y resulta increíble, por lo menos en los días que corren, que el remedio pueda venir desde donde vino la enfermedad.
(1)Sumidero comportamental :En su libro “La Dimensión Oculta”, Edward T. Hall nos entrega luces acerca de las consecuencias potenciales de incrementar significativamente la densidad habitacional de las manadas de ciertos animales, logrando establecer que la falta de espacio vital conlleva un deterioro creciente y progresivo en la interacción entre los distintos componentes de cada grupo social en las especies, llegando a determinar trastornos de importancia en la construcción y en la mantención del hábitat; en el comportamiento sexual, en los niveles de violencia desusada; en las pautas de reproducción, en la distribución de roles y en la organización social.

Edo Peralta
Juventudes Comunistas La Florida
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